Mi deseo desde que era un niño,
había sido llegar a ser Siervo Ministerial y apoyar mas plenamente en la
congregación, pero tal parece que los queridos ancianos se aprovechaban de
eso para seguir exigiendo más, en todo sentido. Con tal de servir más plenamente,
y para tratar de alcanzar la meta de llegar a ser Ministerial, decidí
permanecer únicamente en México sin trabajar más en el extranjero, trate de
hacer rendir mis fondos económicos pero me era difícil, pase mucho tiempo
desempleado y cuando acudí a los ancianos para que me ayudaran en recomendarme
para algún trabajo, siempre recibía la misma respuesta: "ahorita esta
siendo difícil, pero confía en Jehová", y si confiaba pero mis fondos se
venían para abajo.
Para ese tiempo sucedió algo
sorprendente. Me era muy difícil continuar en esa congregación, me sentía sólo,
parecía que nada de lo que hacía era suficiente, al coordinador del cuerpo de
ancianos no le caía bien y me lo demostraba, en ocasiones dejándome con la mano
extendida, y cosas así por el estilo. Entonces mi amigo Alexis quien estaba
sirviendo como Anciano en otra congregación me invitó a un lugar a las afueras
de la ciudad para acompañarlo a dar un Discurso Público. Tanto me gustó el ver
como los hermanos de ese lugar se veían tan unidos, no se veía hipocresía, sino
amor, eso me impactó. Ya de regreso a la ciudad, platicaba con Alexis de que
eso que había visto me había hecho sentir muy bien, el me dijo que también a el
le había impresionado. De momento se paró el autobús en que viajábamos por que
debido a las lluvias se había deslavado un cerro, y tuvimos que esperar no se
cuantas horas, que a mi se me hicieron casi nada, en nuestra platica decidimos
los dos cambiarnos de congregación y volver a estar en la misma que ya habíamos
estado antes, pero que nos íbamos a centrar en dar amor a los hermanos y
apoyarlos, en resumen mostrar amor a Jehová y a los hermanos sin importar lo
que dijeran o exigieran los que llevaban la delantera. En su posición de
Anciano iba a ser más fácil para él hacer esto, y ya que no había Siervo
Ministerial en la congregación, pues yo iba a apoyar a los hermanos y a los
ancianos más plenamente.
Al poco tiempo después de esa
plática, se hizo una realidad. Y durante algún tiempo estuvimos los dos amigos
juntos sirviendo a Jehová, pero como sucede cuando son hombres los que manejan
las congregaciones, no tardo en haber críticas de parte de los otros dos
ancianos porque no les parecía que los hermanos se acercaban más a nosotros que
a ellos, pero pues si eramos los que salíamos al servicio, visitábamos a los
hermanos, nos poníamos de acuerdo para hacer varias actividades juntos, etc.
pero eso no les parecía bien, decían que estábamos causando división.
Por esos días, yo seguía
desempleado pero muy contento de estar en esa congregación, cuando me llegó la
notificación de un trabajo permanente en EU, así que analice bien las cosas y
decidí que necesitaba ese trabajo y que iba a poder apoyar un pequeño grupo de
español que se había formado en la ciudad donde estaba la oferta de trabajo.
Veía la bendición de Jehová que me estaba ayudando, todo se fue dando de una
manera sorprendentemente tranquila y sin tanta complicación, sin embargo me iba
a alejar de mis amigos, en especial de Alexis y su familia, eso me causaba
tristeza, pero él siempre me animó a aprovechar esa oportunidad que no se iba a
volver a repetir. (Aplique para ese trabajo 8 años atrás y hasta el 2012 se
estaba volviendo una realidad).
Llegué a un nuevo país, nueva
cultura, nuevas caras, nuevos hermanos, para entonces en ese grupo habíamos 8
nacionalidades distintas, y aunque somos hispanos y testigos, pero aun así hay
que aprender nuevas costumbres. Una familia me dieron techo por algún tiempo,
cuando el hermano carnal de la hermana murió y adoptó a sus sobrinos ya no
quise causar molestias, y me moví con otros hermanos, solteros y aunque eran
mayores que yo pero hicimos muy buena amistad, pasábamos mucho tiempo
platicando de temas de la revista, escuchando discursos, dramas, en el
servicio, estudios, reuniones, etc. Apoyábamos el grupo en esa ciudad pero teníamos
que viajar 45 minutos para apoyar a la congregación que era nuestra anfitriona.
Así viajando y apoyando por más de un año. (Para ese tiempo mientras no
podía trabajar debido a que espere como para tener mis documentos legales en
regla, apoyaba en los cuidados del hogar, si tenia dinero cooperando con los
gastos de la casa, y cuando no manteniendoles limpia la casa, cocinando,
lavando ropa y hasta planchando, todo para no ser una carga para quienes me
estaban apoyando).
En diciembre de ese año, me
abordaron los ancianos, para darme la noticia de que me habían recomendado para
ser Siervo ministerial, por fin mi sueño se hacia realidad. Estaba sumamente
feliz, sabiendo que venía mas trabajo, pero contento de que iba a poder ayudar
mas a la congregación y al grupo. Eso causó varios tipos de reacciones, y algo
raro, pero llego a sembrar envidias e incluso provocar criticas hacía mi
persona, pero eso no me preocupaba, sabía que estaba esforzándome por hacer las
cosas lo mejor posible. Pero descubrí que entre más alto vas llegando, más te
das cuenta de cosas que no son ni correctas ni justas.
Para ese tiempo mi hermano, estaba
expulsado por un pecado que había cometido varios años atrás, ya había
arreglado las cosas, se casó y demostró que estaba arrepentido, pero no les
parecía suficiente muestra de arrepentimiento después de varios años aunque
asistía a las reuniones y tener que soportar las malas caras y muecas de
hermanos superfinos. El seguía adelante, pero a mi me dolía verlo y no poder
hablar con él como mi hermano, como mi amigo. Por esas fechas me comunique con
Alexis mi amigo, que era quien me escuchaba y me animaba, y también el estaba
enfrentando problemas fuertes en la congregación por algo que no había dicho y
lo humillaron a el y a su familia, y yo me preguntaba “¿Cómo es posible que una
organización de amor sea tan cruel con gente que se esfuerza por hacer las
cosas bien?”, por más que trataba no le hallaba respuesta a esa pregunta.
Un día me comunico con mi amigo
Alexis y me comentó muy triste que por todos los problemas que había venido
pasando, que ya lo habían afectado física, moral, espiritual y hasta
familiarmente, había tomado la salirse de la organización, eso a mi me sacudió
hasta lo más profundo. Me enoje, lloré, me propuse no volver a tener trato con
él, pero entre más me alejaba, más resonaba en mi mente que yo lo conocía
realmente, pasamos tantas cosas juntos, fui testigo de las humillaciones que
nos hicieron pasar, de sus depresiones, estuvimos juntos cuando perdió a sus abuelitos
en la muerte, cuando su hijito murió, y solo nos teníamos nosotros por que los
ademas hermanos solo criticaban y juzgaban pero no conocían realmente quien era
él. Así que a escondidas le hablaba, no tan seguido, y le dije que no
platicáramos nada de religión, que yo no me iba a salir, pero que los quería
mucho y no podía juzgarlos por haber buscado la salida a sus desdichas dentro
de la organización.
Esta historia Continuará…